Quizz – Spanisch

Las condiciones en las que un niño se convierte en bilingüe son muy diferentes según el caso. Si un niño crece en una familia multilingüe, desde pequeño estará rodeado de estas lenguas, las aprenderá de manera lúdica en situaciones cotidianas de la vida. En cambio, para un niño que viene a Alemania y tiene una familia monolingüe de otro país, al principio le será algo nuevo el manejo de diferentes lenguas. Por el contrario, estamos ante otro tipo de multilingüismo cuando hablamos de un niño que aprende una segunda lengua en la escuela aquí en Alemania.
Hay muchos factores que pueden condicionar el desarrollo multilingüe: por ejemplo, qué lengua(s) se hablan en el grupo de amigos del niño o también la reputación que tienen esas lenguas en nuestra sociedad.
Si se habla de multilingüismo, hay que fijarse bien a lo que se hace referencia en cada caso. Los expertos en pedagogía están bien asesorados para no dejarse llevar por ideas sobre “el multilingüismo en general”, sino para tener en cuenta las circunstancias individuales de cada niño.

¿Alguna vez se ha planteado cómo puede ser que los niños en su más tierna infancia aprendan a hablar sin esfuerzo, a pesar de lo complicado que resulta adquirir la gramática y el vocabulario de una lengua? Los niños mayores y los adultos tienen que hacer un gran esfuerzo para practicarlo en las clases de idiomas. Los niños pequeños, en cambio, no son capaces de reflexionar sobre reglas gramaticales abstractas y de todos modos las aprenden: ellos disponen de la capacidad nata de adquirir de manera intuitiva lenguas, de manera lúdica, casi autónoma y sin esfuerzo. Al contrario de lo que cabría suponer en el caso de los adultos, el multilingüismo no es, por tanto, precisamente para los niños, una exigencia excesiva. Todo lo contrario, los niños disfrutan de la facilidad de adquirir una lengua de manera infantil y pueden aprender varias lenguas a la misma vez sin problema.
En cambio, puede resultar más complicado si las condiciones en las que crece un niño en un ambiente multilingüe son adversas, por ejemplo, si hay cierto rechazo hacia sus lenguas en su entorno o en la guardería/escuela.

La velocidad en la que se adquiere una lengua es muy diferente según el niño. Algunos ya con dos años hablan mucho y tienen un vocabulario bastante extenso, otros a esta edad empiezan con sus primeras palabras. Hay niños que durante mucho tiempo sólo escuchan y después directamente empiezan a formular frases largas. Otros se expresan muy pronto con enunciados de una o dos palabras. Muchos niños empiezan nombrando cosas como pelota, coche, jugar, otros en un principio se centran, en cambio, en conceptos más complejos, como por ejemplo más, otra vez o también yo- y otros necesitan naturalmente mucho más tiempo.
Cada niño sigue su ritmo y preferencia personal a la hora de adquirir una(s) lengua(s) – ¡independientemente de si crece con una o varias lenguas!

En los primeros años de vida los niños multilingües no tienen una palabra que corresponda a otra en las diferentes lenguas – simplemente por su corto tiempo de vida, ya que éste se distribuye entre diferentes lenguas. Los niños tienen un vocabulario multilingüe y mezclan las lenguas que conocen de manera inconsciente: usan la palabra que primero se les ocurre; la que relacionen más con el objeto que quieren nombrar; o también usan la que simplemente les parece más bonita. Cuando los niños van teniendo más experiencia y competencia lingüística, aprenden a diferenciarlas, cuando deben hacerlo, es decir, cuando hablan con personas monolingües.

Sin tener en cuenta la edad del niño, el hecho de mezclar lenguas es también una característica de un multilingüismo vivo.

Imagínese que usted es carpintero y, por consiguiente, multilingüe, ya que domina el alemán (o español) coloquial y el alemán (o español) específico de la carpintería. En una conversación con un amigo no puede usar estos términos especializados, ya que su amigo no le comprendería. Si le quisiera hablar de un encargo, tendría que reformular estos términos especializados. Esto se puede hacer, pero supone para usted cierta dificultad e incluso puede quedar insatisfecho de cómo lo ha formulado, pues no expresa exactamente lo que querría decir.

A las personas multilingües les pasa lo mismo cuando tienen una conversación con un hablante monolingüe, ya que sólo pueden utilizar una parte de su repertorio lingüístico. Cuando están con otros hablantes multilingües que dominan las mismas lenguas que ellos, pueden usar su repertorio completo y tienen la posibilidad de emplear las palabras exactas sin ningún tipo de restricción- ¡o simplemente también la que más bonita le parece! En estas situaciones son las mezclas de idiomas algo muy natural. Éstas demuestran que las lenguas que domina una persona multilingüe están en contacto, ejercen influencia unas sobre las otras y se complementan.

Por cierto, en nuestro día a día mezclamos todas nuestras lenguas sin darnos cuenta. Por la mañana, nos sentamos delante de la computadora (computer), chateamos (to chat) un poco y compramos un kebab en la pausa para comer, sin pensar cuál sería la correspondiente traducción.

Los niños necesitan un contacto amplio y variado con la lengua alemana para tener buenos conocimientos de la misma. Esto no significa de ninguna manera que sus lenguas se excluyan en el colegio o en la guardería, ¡todo lo contrario! La lengua (o también las lenguas) que aprenden en la más tierna infancia está estrechamente relacionada con todo su desarrollo infantil. Con esta lengua comienza el niño a relacionarse por primera vez y empieza a comunicar sus primeras necesidades y pensamientos. Además, con ella comienza a nombrar las cosas y sus actos, así como a desarrollar su personalidad. Para el niño que ha crecido como germanoparlante resulta obvio que los procesos en la guardería o en el colegio se lleven a cabo continuamente en su lengua. En cambio, para un niño multilingüe (o sea, no germanohablante) la realidad es diferente: su competencia lingüística se ve reducida a la lengua alemana, es decir, se ve sustituida completamente por la misma. La entrada en la guardería supone muchas veces para ellos un cambio profundo en el aprendizaje lingüístico y, por consiguiente, en su desarrollo hasta ese momento.

El sistema educativo tiene un papel muy importante en el desarrollo multilingüístico: ¿se trata de manera sensible el multilingüismo de los niños?, ¿se habla su lengua en el centro?, ¿se apoya y se promueve su aprendizaje? Sólo entonces se podrá desarrollar un buen multilingüismo- precisamente, no a costa de sus primeras lenguas, sino en combinación con ellas.

Por medio del lenguaje, se establece la relación entre padres e hijos, se expresan emociones que acompañan al niño en su camino por el mundo. La mejor manera que tienen los padres de hacer todo esto es en la lengua que ellos mismos dominan, en la que se sienten más cómodos, en la que pueden hablar de manera totalmente espontánea. Una comunicación auténtica y profunda es la mejor base para el desarrollo global del niño, y, por ello, mucho más valiosa que la -bien intencionada- transmisión temprana de la lengua alemana. ¿A qué padre o madre le gusta hablar con su hijo una lengua con la que tiene limitaciones lingüísticas y no es su lengua del “alma”?

Durante mucho tiempo se recomendaba a los padres que usaran consecuentemente una sola lengua con sus hijos. Realmente si una madre habla consecuentemente griego con su hijo en Alemania, esta lengua tomará para el retoño un valor muy importante: ¡no hay otra lengua en la que pueda hablar con su madre!

Pero la mayoría de los padres comprueban que el ser consecuente es difícil en el día a día familiar. Además, contradice la dinámica del multilingüismo vivo: las lenguas están en contacto en la cabeza de los hablantes multilingües y su competencia lingüística se compone de varias lenguas, no sólo de una. Bien es cierto que, si la madre griega usa muy a menudo la lengua alemana, el niño pronto se preguntará por qué realmente tiene que hablar con su madre en griego.

Por lo tanto, los padres deben encontrar su propio camino entre ser consecuentes y vivir el multilingüismo teniendo en cuenta lo siguiente: ¿Cómo quiero que sea el desarrollo lingüístico de mi hijo y con qué nos sentimos a gusto como padres?

Lo importante es que los padres no se sientan bajo presión, ni presionen a sus hijos, sino que continúen divirtiéndose con el uso de varias lenguas y que así lo transmitan a sus retoños. Así mismo, el desarrollo multilingüístico es un proceso continuo: una decisión que se toma hoy puede cambiar a medida que pasa el tiempo- esto también forma parte del multilingüismo.

Es cierto, la mejor manera que tienen los niños de aprender una lengua es usándola.

Es verdad, padres un poco laxos en este aspecto y gente que vea de manera positiva el multilingüismo en el entorno del niño son un factor clave en su desarrollo multilingüe.

No es cierto, todo lo contrario, cuanto antes tenga el niño contacto con todas las lenguas, más se beneficiará de la facilidad infantil para aprenderlas.

Es correcto, pues los niños aprenden la(s) lengua(s) de las personas con las que tienen contacto. Ser un buen ejemplo lingüístico supone también: tener ganas de hablar con ellos, tomarse tiempo para conversar, reflexionar con ellos sobre la(s) lengua(s) – en general, darles importancia a las lenguas en el día a día. Las personas multilingües pueden transmitirles un trato vivo con su propio multilingüismo, además de una actitud positiva ante el mismo.

Es cierto, los niños no se interesan por la lengua en sí. Más bien se preguntan qué pueden hacer con ella: comunicarse con gente que es importante en su vida, oír historias bonitas, satisfacer sus deseos o necesidades gracias a ella, hacer amistades, …

No es cierto, ya que esto no se corresponde con la manera que un niño tiene de adquirir una lengua. Su interés en una lengua es limitado. Cuanto más jóvenes sean, menos capaces serán de concentrarse en aspectos (gramaticales y no de contenido) de una declaración.

Es verdad, diferentes factores influyen en cómo se desarrolla el multilingüismo de una persona, la importancia que tienen las diferentes lenguas en su vida y en lo bien que las habla. Esto puede cambiar varias veces a lo largo de una vida, ya que el multilingüismo es un proceso dinámico, que nunca acaba.